Cartapacios
Pedro Damián Bautista
Colección Ficción Universidad Veracruzana
¿Qué hizo a Cartapacios ser acreedora al Premio Latinoamericano de Primera
Novela Sergio Galindo 2015? Comienzo con esta pregunta por mera metodología,
esto me permitirá ahondar en cada punto que pretendo abordar.
La trama en apariencia es simple.
Una mujer voluptuosa narra sus aventuras amorosas y eróticas desde la
adolescencia hasta una edad madura; a veces con lujo de detalles otras de
manera velada, dejando al lector desbordar su imaginación.
Esta mujer de amplios volúmenes
bien proporcionados recibe el nombre de Yolanda-Antonietta. Yola es la súper mujer a la que
cualquier feminista quisiera llegar a ser. Feliz con su cuerpo anti estándares (es
morena – mucho, sin llegar a ser negra, un poco pasada de peso) posee amplia cultura (notable por sus citas
en otros idiomas o sus referencias bíblicas) y disfruta de su sexualidad sin
ningún tapujo.
Tal parece que Pedro Damián quiso
hacer de Cartapacios un nuevo
manifiesto feminista, más allá de ese feminismo ilustrado a lo Beauvoir o del
nuevo feminismo sin depiladoras y con x
suplantadoras de vocales asignadoras de género.
El autor en boca de Yola nos
dice: ama y disfruta tu cuerpo, es lo único que te hará libre. No es que
Yolanda-Antonietta no sea culta, sólo que no se encierra a cal y canto en esa
erudición, la deja fluir, no la aprisiona como a una Pizarnik, tan sólo le
sirve para narrar mejor lo que pasa en el mundo (hace múltiples citas en latín,
por ejemplo). Yolanda es a través de su cuerpo, así es como conoce y aprende,
un cuerpo que cuida con cremas y masajes o haciendo ejercicio (el necesario
cuidado del cuerpo, más que anatomopolítica, estética pura y dura).
A lo largo de la trama,
Yolanda-Antonietta, mujer de buena cuna proveniente de Laredo, va descubriendo
México (paisajes, lenguaje y costumbres) a través de su contacto con el sexo
masculino. Sus amantes (en potencia o en
acto) son taxistas o empresarios, académicos o vendedores de la Central de
Abastos, no hay lugar o circunstancia prohibida para Yola, ella sabe que su cuerpo es para disfrutar y disfrutarse, ¿por
qué negárselo al mundo? , de esta manera rompe estigmas de clase, raza,
religión o política; la cama es una deliciosa arena democrática.
Yola es la niña bien que va a misa con las tías y le gusta rezar de
rodillas al mejor postor hasta terminar sudorosa, bañada en jugos. En ella no
hay esos signos naif de otras
heroínas literarias, ni rebeldía infantiloide, no es rockera pero conoce Riot
grrrl, no es una junkie pero conoce dealers;
desde un principio se asume “una mujer
para el placer, pero siempre religiosa” como le diría Henry Miller a otra mujer
de sangre india, Brenda Venus. Yolanda- Antonietta, a través de sus zettel, pone en la mesa todas las cartas
de probabilidades de ser mujer, sólo navegando a través de las múltiples
escalas del ser.
La metodología de Pedro Damián Bautista para hablarnos de Yolanda- Antonietta es recurrir a los diarios ficticios, de esta manera nos libera de crearnos un ideal de Yolanda; un narrador intra o extra diegético la describiría desde su perspectiva ( ya sea desde su enamoramiento o desde su despecho ). Y hasta en este punto, el autor le concede libertad a su personaje, mantiene su escencia; Yolanda se muestra a través de cuatro cuadernos encargados a un albacea/cómplice/amante que los devela en un futuro 2020 ( con autorización de la autora) , entonces " Damián", mero artificio narrativo para incrustar la existencia de los cuadernillos, o especie de cameo involuntario de Pedro Damián Bautista ( amante de las bicicletas y de las mujeres bellas), presenta a la mujer frondosa que corre por Ciudad Universitaria y como guardian de su escritura nos dice que Yolanda escribe hasta en los márgenes, con tintas diversas, en papeles y formatos igualmente variados. Yolanda se describe y se escribe para recordarse, un ejercicio espiritual antiquísimo, Más que su cuerpo y el placer proveniente de este, Yolanda le regala a Damián algo más íntimo, más apasionado y por qué no decirlo, de más valía : su escritura ( ese terreno que es trabajo intelectual, memoria, horas, tiempo - ese que no vuelve-) , más que lo narrado en los cuadernillos, más que el conjunto de descripciones explícitas ahí contenidas, la verdadera intimidad es mostrarse al otro como se es realmente, como se ha construido históricamente, como ponerse en las manos del otro, vulnerable, al no dejar oportunidad para los secretos.
Esto es lo que se laurea, el hacer política sin escribir un tratado ni manejar una postura, hacer antropología o filosofía sin metodologías estrictas, poesía a través del cuerpo femenino; es un homenaje al ser auténtico, a la memoria, al ejercicio de la escritura, al placer de llenar hojas con lo-que-pasa-en-el-mundo. Sea pues la escritura, tan voluptuosa y libre como Yolanda-Antonietta, tan atractiva, tan todo terreno y elevada sin ser clasista. Yolanda-Antonietta es mujer y es escritura: si y sólo si hecha para dar placer.
Más allá del exquisito personaje que resulta ser Yolanda- Antonietta, Cartapacios devela a Pedro Damián Bautista como un hombre con un agudísimo conocimiento del mundo femenino y de los usos y costumbres de la gente de diferentes clases sociales, además de poseer un amplio bagaje en historia, filosofía o cultura popular; pero más que esto, su capacidad para poner todo esto en voz de sus personajes de una manera natural.
Esto es lo que se laurea, el hacer política sin escribir un tratado ni manejar una postura, hacer antropología o filosofía sin metodologías estrictas, poesía a través del cuerpo femenino; es un homenaje al ser auténtico, a la memoria, al ejercicio de la escritura, al placer de llenar hojas con lo-que-pasa-en-el-mundo. Sea pues la escritura, tan voluptuosa y libre como Yolanda-Antonietta, tan atractiva, tan todo terreno y elevada sin ser clasista. Yolanda-Antonietta es mujer y es escritura: si y sólo si hecha para dar placer.
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