¿ Seremos capaces de pensar por nuestra cuenta?
" Je pense, donc je suis ( Descartes) es la causa del crimen contra el Je danse, donc je vie"
Eboussi Boulaga citado por Enrique Dussel en Etica de la Liberación
¿Seremos capaces de bailar por nuestra cuenta ?
¿seremos capaces de bailar ?
¿Seremos capaces de pensar por nuestra cuenta ?
¿seremos capaces de pensar ?
Eso nos preguntó Café Tacvba en El fin de la infancia en 1994, en uno de los discos ícono del rock mexicano. Y a veces, seguimos bailando al son que nos toquen. Son- salario, son- prácticassocialesquenosmoldean .
Estábamos parados sobre basura, literalmente. A unos metros de nosotros lucían las luces de Liverpool , las letras rojas de Sears; hasta hace pocos años eso era el temible Bordo de Xochiaca, un basurero gigante que albergaba ratas y pepenadores. El retrato fiel de la marginalidad de Neza.
Hoy el capitalismo nos ha extendido su mano para regalarnos la ficción de que nuestro municipio se está " civilizando"; del otro lado del Bordo, siguen el narco y las motonetas, las adolescentes embarazadas, los bares clandestinos, los asesinatos espontáneos, las mujeres de carnes mórbidas ofreciendo su amor contingente al solitario; la violencia manifestada en todas las formas posibles.
Dentro de esta ficción, el gobierno nos da " pan y circo". La noche del tres de mayo nos regaló a Café Tacvba. Eramos miles bajo la lluvia, familias enteras, grupúsculos de adolescentes, adultos contemporáneos, parejas, amigos . Eramos masa y sujeto a la vez. Rubén y compañía nos observaban, miles de cabecitas agitándose simultáneamente, idénticas a tantas que han observado a lo largo de su carrera. Hicieron su trabajo meticulosamente, ejecutaron las canciones que todos esperaban, el audio era perfecto. Dominaron el escenario como pocas bandas lo hacen, como unos Flaming Lips por ejemplo, pero sin tanto artificio.
"La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño" escribió Nietzsche en Más alla del bien y del mal. Efectivamente, Café Tacvba es una banda madura, una banda que juega , que ríe, que se divierte, que no pretende nada, que es barrio y deidad, que es voluptuosidad y es conciencia. Sólo ponerse a bailar al ritmo de La chica banda , que invita a sus amigos a la fiesta, y entonces Héctor ( La Lupita) canta Ingrata o Álvaro ( Los Tres) toca la guitarra en Déjate caer.
Abajo , una pléyades de subjetividades. La mía titilando. Ahí estaba yo, con la chamarra empapada, los pantalones pegados , los Vans siendo chalupa. Reía con mi acompañante, una coétanea treintañera, no pude tener mejor compañía para disfrutar el concierto. Mientras conectaban el equipo de Café Tacvba, el sonido local ponía canciones de nuestra generación : Coffee and TV, Under the Bridge, Californication... Ya empezaban los chiflidos y el multicitado " Olé, Olé , Olé , Olé, Café, Café" , era la primera vez que yo lo escuchaba y lo coreaba, sí, a mis 32 años.
Ellos salieron, Rubén con su cabello largo, cabello galimatías. Rubén sin seudónimo, sin personaje. Rubén siendo él un personaje. Quique y Joselo muy formales, Meme ataviado de mezclilla. El baile y el salón abrió la pista, me acordé de la última vez que vi a Benjamín y sonaba esa canción en los andenes del metro. " Debes verlos en vivo Alba, es mi banda favorita" .
Luego, no en ese orden precisamente, Ingrata, Las Flores, María, Volver a comenzar , La Chilanga Banda , La chica banda, El fin de la infancia, Eres, Como te extraño, Cero y uno, y veinte años de mi historia cayeron como loza, resquebrajándose en recuerdos . La primera vez que los vi con Paco Stanley en Pácatelas y me gusto mucho su atuendo de " inditos" y la espontaneidad de Rubén, cuando brincaba a los doce años al ritmo de Las Flores y le decía a mi mamá : la canta el muchacho que brinca como chango en la tele. Cuando regresé de Guadalajara y escuché en Reactor Volver a comenzar y sí, esa mudanza debía ser más ligera,; el poema que titulé " y miraré tus ojos como si fueran los últimos de este país", los años del CCH en los que cantábamos Chilanga banda mientras matábamos clases. Y sonreí, canté cada canción , bailé, brinqué, con mi teatralidad innata. Rubén dijo : ustedes en unos años crecerán y trabajarán en corporativos y se olvidarán de... , ( en pocas palabras, se volverán apolíneos) , y le dije a Yosa : pero luego estudiaremos filosofía y chinguesumadreelsistema.
También fue una Epifanía. Esos tipos de más de cuarenta años me estaban dando una lección. ¿Qué me detiene para escribir? ¿ Qué me imposibilita brincar y cantar? Hay que bailar. Bailar siempre, bailar escribiendo, bailar pensando, bailar discutiendo argumentos, dar piruetas en el lenguaje y con el lenguaje. Bailar amando. Estaba parada sobre mis escombros, tener treinta años no es nada, aún te puedes comer al mundo.
Quiero dominar el escenario, quiero ver al público de frente, altiva y reírme con él. Regresé a casa, y lo único que quiero es escribir hasta que se me entuman los dedos.
" Je pense, donc je suis ( Descartes) es la causa del crimen contra el Je danse, donc je vie"
Eboussi Boulaga citado por Enrique Dussel en Etica de la Liberación
¿Seremos capaces de bailar por nuestra cuenta ?
¿seremos capaces de bailar ?
¿Seremos capaces de pensar por nuestra cuenta ?
¿seremos capaces de pensar ?
Eso nos preguntó Café Tacvba en El fin de la infancia en 1994, en uno de los discos ícono del rock mexicano. Y a veces, seguimos bailando al son que nos toquen. Son- salario, son- prácticassocialesquenosmoldean .
Estábamos parados sobre basura, literalmente. A unos metros de nosotros lucían las luces de Liverpool , las letras rojas de Sears; hasta hace pocos años eso era el temible Bordo de Xochiaca, un basurero gigante que albergaba ratas y pepenadores. El retrato fiel de la marginalidad de Neza.
Hoy el capitalismo nos ha extendido su mano para regalarnos la ficción de que nuestro municipio se está " civilizando"; del otro lado del Bordo, siguen el narco y las motonetas, las adolescentes embarazadas, los bares clandestinos, los asesinatos espontáneos, las mujeres de carnes mórbidas ofreciendo su amor contingente al solitario; la violencia manifestada en todas las formas posibles.
Dentro de esta ficción, el gobierno nos da " pan y circo". La noche del tres de mayo nos regaló a Café Tacvba. Eramos miles bajo la lluvia, familias enteras, grupúsculos de adolescentes, adultos contemporáneos, parejas, amigos . Eramos masa y sujeto a la vez. Rubén y compañía nos observaban, miles de cabecitas agitándose simultáneamente, idénticas a tantas que han observado a lo largo de su carrera. Hicieron su trabajo meticulosamente, ejecutaron las canciones que todos esperaban, el audio era perfecto. Dominaron el escenario como pocas bandas lo hacen, como unos Flaming Lips por ejemplo, pero sin tanto artificio.
"La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño" escribió Nietzsche en Más alla del bien y del mal. Efectivamente, Café Tacvba es una banda madura, una banda que juega , que ríe, que se divierte, que no pretende nada, que es barrio y deidad, que es voluptuosidad y es conciencia. Sólo ponerse a bailar al ritmo de La chica banda , que invita a sus amigos a la fiesta, y entonces Héctor ( La Lupita) canta Ingrata o Álvaro ( Los Tres) toca la guitarra en Déjate caer.
Abajo , una pléyades de subjetividades. La mía titilando. Ahí estaba yo, con la chamarra empapada, los pantalones pegados , los Vans siendo chalupa. Reía con mi acompañante, una coétanea treintañera, no pude tener mejor compañía para disfrutar el concierto. Mientras conectaban el equipo de Café Tacvba, el sonido local ponía canciones de nuestra generación : Coffee and TV, Under the Bridge, Californication... Ya empezaban los chiflidos y el multicitado " Olé, Olé , Olé , Olé, Café, Café" , era la primera vez que yo lo escuchaba y lo coreaba, sí, a mis 32 años.
Ellos salieron, Rubén con su cabello largo, cabello galimatías. Rubén sin seudónimo, sin personaje. Rubén siendo él un personaje. Quique y Joselo muy formales, Meme ataviado de mezclilla. El baile y el salón abrió la pista, me acordé de la última vez que vi a Benjamín y sonaba esa canción en los andenes del metro. " Debes verlos en vivo Alba, es mi banda favorita" .
Luego, no en ese orden precisamente, Ingrata, Las Flores, María, Volver a comenzar , La Chilanga Banda , La chica banda, El fin de la infancia, Eres, Como te extraño, Cero y uno, y veinte años de mi historia cayeron como loza, resquebrajándose en recuerdos . La primera vez que los vi con Paco Stanley en Pácatelas y me gusto mucho su atuendo de " inditos" y la espontaneidad de Rubén, cuando brincaba a los doce años al ritmo de Las Flores y le decía a mi mamá : la canta el muchacho que brinca como chango en la tele. Cuando regresé de Guadalajara y escuché en Reactor Volver a comenzar y sí, esa mudanza debía ser más ligera,; el poema que titulé " y miraré tus ojos como si fueran los últimos de este país", los años del CCH en los que cantábamos Chilanga banda mientras matábamos clases. Y sonreí, canté cada canción , bailé, brinqué, con mi teatralidad innata. Rubén dijo : ustedes en unos años crecerán y trabajarán en corporativos y se olvidarán de... , ( en pocas palabras, se volverán apolíneos) , y le dije a Yosa : pero luego estudiaremos filosofía y chinguesumadreelsistema.
También fue una Epifanía. Esos tipos de más de cuarenta años me estaban dando una lección. ¿Qué me detiene para escribir? ¿ Qué me imposibilita brincar y cantar? Hay que bailar. Bailar siempre, bailar escribiendo, bailar pensando, bailar discutiendo argumentos, dar piruetas en el lenguaje y con el lenguaje. Bailar amando. Estaba parada sobre mis escombros, tener treinta años no es nada, aún te puedes comer al mundo.
Quiero dominar el escenario, quiero ver al público de frente, altiva y reírme con él. Regresé a casa, y lo único que quiero es escribir hasta que se me entuman los dedos.
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